La cama, la tina, el sofá, la alfombra...
Hay lugares en los que podemos soportarnos, solo eso. Por diez minutos, a veces, con suerte tal vez más. Nos toleramos y se podría decir que nos entendemos. Yo entiendo que no puedo alejarme, aunque lo desee con todas mis fuerzas. Tu entiendes que soy débil y que así es mejor para ti, o mejor dicho para los dos. Sabes que no iré a ninguna parte. Que me quedaré aunque la sangre baje por mi barbilla por tu bofetada.
¿Podré seguir haciendo esto?
Hay lugares en los que podemos soportarnos, solo eso. Por diez minutos, a veces, con suerte tal vez más. Nos toleramos y se podría decir que nos entendemos. Yo entiendo que no puedo alejarme, aunque lo desee con todas mis fuerzas. Tu entiendes que soy débil y que así es mejor para ti, o mejor dicho para los dos. Sabes que no iré a ninguna parte. Que me quedaré aunque la sangre baje por mi barbilla por tu bofetada.
¿Podré seguir haciendo esto?
En el auto, en el probador de alguna tienda, en casa de nuestros amigos. Una discusión y un arreglo. Diez minutos en los que ambos estamos de acuerdo, o algo parecido. El acuerdo, es que yo me callo y tu no gritas, pero que si hablo se va todo al carajo y pierdes los estribos. Que te disculpas luego de ser violento, y que yo me quedo quieta.