Adiós 2018... ¡Hola 2019!

Como me cuesta decir, "el año pasado". Suena demasiado distante. Pero así es que quiero comenzar.

El año pasado fue... alocado, desde el principio. Fue mi año de elegir una facultad, y vaya que es tan difícil como te lo pintan. 

Tenia un grupo de amigos, en lo que algunos de ustedes llaman: preparatoria. La nuestra era algo especial, por decirlo de alguna forma. Nos graduamos como Técnicos Medios en Servicios Administrativos. Y todos en mi pequeño grupo tenían claro lo que querían, iban por una licenciatura en Contabilidad. Pero ahí estaba yo, recordando que una vez me quede dormida en la clase de Impuestos, recordando mi horrible calificación en los examenes de Finanzas, recordando que odio las matemáticas.

Quería golpearme la cabeza contra la pared cada vez que alguien me preguntaba ¿Y que piensas estudiar en la universidad? Amigos, familia, por favor, ¡ya tenemos suficiente presión!

Los días pasaban y seguía sin tenerlo claro, vamos, que no tenia ni la mas remota idea de que elegir. Pero no era que no supiera lo que me apasiona, no, no era nada de eso. Lo que ven aquí, es lo que a mi me gusta. Yo amo escribir, amo los libros, amo todo este gran mundo.

Entonces, ¿por que no estudiar Letras, Edición, Filología, Literatura... o alguna cosa de esas? Pues, porque en mi país, si no me equivoco, hay solo una universidad que ofrece la carrera de Letras, y esta a miles de kilómetros de mi. No teníamos dinero para pagar el viaje hasta allá, mucho menos para alquilar un departamento y esas cosas. Para terminar de enredar las cosas, vivo en una isla. Así que, las opciones aquí eran bastante reducidas. 

Cuando llegó el momento de enviar mis solicitudes, elegí dos facultades: la de Turismo y la de Artes Plásticas. La de Turismo, la elegí mas que nada por los idiomas, (Aunque se un poco de ingles solo hablo español, pero me encantan los idiomas). Y la de Artes, la elegí porque toda la vida he amado dibujar, y hay quienes dicen que soy muy buena, yo sinceramente pongo en duda su criterio y su visión.

Un par de días después recibí un correo de la facultad de Arte, me aceptaban. En ese momento sentí tanta felicidad y alivio. Hasta que todo eso se vio nublado por un problema con los papeles de la preparatoria, tuve que olvidarme de la facultad de arte, y me sentí tan decepcionada, tan mareada de pensamientos, estaba un poco exhausta mentalmente. Días después me aceptaron en Turismo. Suspire, y pensé "Tal vez, solo tal vez... esto estaba destinado a ser así." 

La uni estaba muy lejos de mi casa, en otra ciudad, al otro lado de la isla. Tenia que tomar dos autobuses todas las mañanas para llegar allá. Más de la mitad de mis compañeros, eran los típicos niños mimados. Así que estaba sola la mayoría del tiempo. Era abrumador. No lograba adaptarme. Fueron semanas y semanas, en las que me sentí triste y desmotivada. Pensaba en que tal vez me equivoque, que no debía estar allí. Pero las clases eran agradables y los profesores amables. Pasaron meses, y yo ya estaba empezando a seguirle el ritmo a todo. 

Pero fue entonces cuando empezaron todos los problemas en mi casa, (estábamos mal económicamente). Deje de ir a la universidad. A veces desaparecía un par de días. Y cuando volvía todos me preguntaban que pasaba conmigo. Luego se volvieron semanas. Perdí mis examenes. Me deprimí. No volví a ir, y por ende reprobé el semestre.

Con el tiempo todo fue mejorando poco a poco. Y decidí esperar que un nuevo semestre comenzara. Esta vez, mis compañeros eran mejores, yo estaba mucho mas animada y no falte demasiado. Así que lo aprobé. Durante todo ese semestre estuve mucho mas tranquila que en el anterior, conocí a personas muy geniales, y en general me la pase muy bien. Por un segundo pensé que había terminado todo el drama.

Pero, luego, en octubre, mi mejor amiga dijo que quería hablar conmigo. (Mi mejor amiga, es mi mejor amiga desde pre-escolar. Imagínense el nivel de amistad. Esa chica es de la familia, es mi hermana.) Comenzó a hablarme de que tenia planes para irse del país, solo por la vacaciones decembrinas claro, pero eso me derrumbo un poco. 

Mi padre, los de ella y yo, fuimos a llevarla al aeropuerto. Y solo cuando llegue a casa me permití llorar. Fue uno de los días mas fuertes de mi vida.

Seguramente saben que Venezuela tiene problemas, pero les juro que no tienen idea de lo malos que son. Entonces, cuando una persona te dice que se va. Solo piensas en que no volverá. 

Aun hoy, ella no ha vuelvo. 

Mis padres, y sus padres, mis tíos... todos en la familia me dicen que debí ir con ella. Todos aun quieren que me vaya. Y eso nos lleva a la difícil decisión que tengo que tomar este año. Seguir aquí, sobreviviendo. O mudarme a un país que no conozco, pero en el que es posible vivir. 

Les confieso que estoy aterrada, triste, preocupada y con una ansiedad tremenda. Yo jamás he vivido sola, jamas he tenido un empleo formal, y jamas he viajado. No tengo idea de que va a pasar este año, pero sea lo que sea. Espero que sea bueno. Espero tomar las decisiones correctas, ignorar mis miedos y hacer las cosas bien. 

Si el 2018, fue un año difícil para mi, el 2019 lo será aun mas. Pero tengo todas las ganas, y toda la buena energía... 

Así que, nada... eso. Mi propósito principal para este año es mudarme a otro país con mi mejor amiga, que dicho de esa forma no suena tan mal. 

Yyyy bueno, creo que eso es todo lo que quería decir. Si estas leyendo esto, gracias gracias gracias por tomarte el tiempo para hacerlo.

¡Que tengas un feliz año nuevo, lleno de ositos de gomita y un montón de cositas hermosas!